Hay días que no tienen por que ser diferentes al resto, hoy era un día normal o eso pensaba, me levantaría e iría a pintar. Pero de pronto el día te sorprende.
Me ha llamado Pedro Cano que ha venido a mi pueblo con una pintora italiana que expone estos días en su Fundación, Michela Zasio y su marido Giorgo. Han estado en mi estudio tomando una cervecita y para rematar la jornada antes de irnos a comer, Pedro me ha regalado una acuarela que ha pintado de una planta de aloe-vera en el patio del estudio.
Hoy, afortunadamente, no es un día normal.
6 comentarios:
Llevo tiempo oyendo a quienes pasan un rato de este tipo con Pedro Cano, que no ha sido un día normal, le dedican calificativos como "inolvidable"...lo cuentan con una pasión que no queda más remedio que creérselo, y a la vez, nos vemos con el pensamiento perdido (también sin remedio) imaginando que si la suerte nos sonríe, algún día tendremos esa suerte....
De momento, os envidiamos sanamente. Qué gozada de taller, Nono.
Un saludo
Qué suerte , chaval!!! Un Aloe de Pedro Cano!!! Ponla en grande , please que la veamos!!!
Saludoooos!!!
Qué bonito...!
Un ejemplo de que las cosas pequeñas nos traen la felicidad.
Un abrazo amigo.
La capacidad de sorpresa,
de vivir la profundidad
del tiempo,
hace que los encuentros
sean como un misterio.
Vaya colección estás reuniendo, chaval!. Algunos tenemos el privilegio de disfrutarla y casi tocarla.
A ver si un dia nos vemos y admiramos en directo ese regalo de Pedro Cano.
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